A los Medios de Comunicación
A los Defensores de Derechos Humanos
A todas las Autoridades Competentes
A todas las Personas y Organizaciones solidarias
A todos los Cristianos de buena voluntad de todas las iglesias
A la Opinión Pública
Nosotros los desplazados de la Colonia Puebla del municipio de
Chenalhó, informamos a las organizaciones solidarias, a la opinión
pública y a las autoridades de los tres niveles, municipal, estatal y
federal, que retornaremos a nuestras casas en la Colonia Puebla el
próximo lunes 14 de abril.
A un año de que se iniciaron los problemas en nuestra comunidad por
el intento de despojo del terreno donde se ubicaba la ermita católica,
nosotros retornamos, no porque los problemas en nuestra comunidad ya
estén resueltos, ni porque las autoridades nos hayan ofrecido plenas
garantías de que los problemas no se volverán a repetir, sino porque la
vida en un campamento de desplazados es muy dura y porque queremos
trabajar en nuestras milpas y en nuestros cafetales para poder sostener a
nuestras familias. Pero nuestro retorno es un retorno sin justicia, así
como lo fue nuestro retorno en el año 2001 después de la masacre de
Acteal, cuando dijimos que si no había justicia , esos acontecimientos
trágicos podían volver a repetirse, como de hecho se repitieron en parte
con las agresiones que sufrimos el año pasado, por parte de los mismos
que nos agredieron en 1997, y que nos obligaron a desplazarnos una vez
más. Como ahora tampoco hay justicia, tememos que las agresiones puedan
volver a repetirse, pero retornamos asumiendo ese riesgo y con nuestra
fe puesta, no en las autoridades, sino en las personas y organizaciones
solidarias que nos han apoyado y sobre todo con nuestra fe en Dios que
nunca olvida a sus hijos.
Lo único que sí se ha resuelto es la posesión del predio para los
católicos que ha sido reconocida por las autoridades ejidales ante la
comunidad católica y ante las autoridades estatales y federales. Nos
encontramos en estos momentos en un diálogo con las autoridades
estatales para la reparación de los daños causados tanto al templo que
estábamos construyendo como a los daños a nuestro patrimonio causados
durante nuestro desplazamiento. Aunque ha habido avances en este tema,
lo que no ha avanzado es el tema de la justicia. Continúa la impunidad
los agresores no han recibido ningún castigo.
Hace un mes pensábamos retornar el 14 de marzo, pero unos días antes
hubo dos nuevos actos de agresión: el intento de quemar el salón de
catequistas y la quema total de la casa de nuestro compañero Macario
Arias Gómez. Por esa razón tuvimos que posponer nuestro retorno que
ahora retomamos como ya dijimos, no porque se haya hecho justicia sino
por nuestra necesidad. Las autoridades dicen que ya hicieron justicia en
este caso porque ya detuvieron y consignaron a dos personas al CERESO 5
como culpables de la quema de la casa de Macario. Nosotros de ninguna
manera estamos satisfechos con esta supuesta justicia, pues no creemos
que estas personas sean los verdaderos responsables. Es importante hacer
notar que ninguno de los miembros de la comunidad católica que dieron
su testimonio ante el ministerio público señaló a estas personas como
presuntos culpables. Los que los señalaron fueron más bien quienes para
nosotros son los principales sospechosos. Y es de llamar la atención que
en este caso las autoridades ministeriales hayan procedido con gran
rapidez mientras que para los casos en que hubo evidente complicidad de
las autoridades comunitarias no avanzan nada y nos dicen que no les
hemos dado las pruebas de los responsables, como que quieren que
nosotros les hagamos el trabajo que les toca hacer como ministerios
públicos. Estos casos son los de la destrucción de la ermita
(Averiguación Previa número 496/INTA-T1/2013 mesa 5) y el de la
privación ilegal de libertad de nuestro párroco el padre Manuel Pérez
Gómez, (Averiguación Previa número 590/INTA-T1/2013, Mesa 6), para citar
solo los más notables.
De manera parecida podemos recordar el caso del supuesto
envenenamiento del agua del que nos acusaron falsamente las autoridades
de la colonia Puebla. Rápidamente detuvieron a 3 de nuestros hermanos,
incluyendo a uno de la religión bautista quienes fueron liberados
después de 72 horas pero sigue abierto su caso. En cambio, para aclarar
que eran falsas esas acusaciones contra nosotros y que no había ningún
intoxicado por el agua, las autoridades tardaron mucho tiempo y no lo
hicieron con la claridad con la que lo debían haber hecho, al grado de
que todavía hoy, hay personas en la comunidad de Puebla que siguen
pensando que los católicos envenenamos el agua cuando esto es totalmente
falso y existen las pruebas de ello en los análisis del agua y de los
supuestos envenenados.
Finalmente, los miembros de la comunidad católica de la colonia
Puebla, junto con toda la comunidad católica de la Parroquia de San
Pedro Chenalhó, declaramos que no queremos y nunca hemos querido
problemas con los miembros de las religiones evangélicas. Declaramos que
nunca hemos agredido a nadie, que lo del agua envenenada fue una gran
calumnia en contra nuestra, y declaramos que pensamos que todos los
miembros de otras religiones son nuestros hermanas y hermanos y
esperamos poder avanzar con ellos en la construcción de una convivencia
pacífica en nuestra comunidad. Estamos contentos de que muchos de ellos
que fueron engañados antes por las autoridades ejidales y comunitarias
ya se dieron cuenta de ese engaño y nos han dicho que quieren convivir
en paz. Solo que muchos de ellos no se atreven a decirlo públicamente
por miedo a represalias como le pasó al hermano de la Iglesia Bautista
Juan López Méndez.
A las personas y organizaciones solidarias y a los medios de
comunicación les recordamos que aunque retornemos a nuestras casas el
problema no está resuelto, que sigan atentos a lo que sucede en la
colonia Puebla. La gran ausente en esta situación es la justicia. Si
desde el principio las autoridades hubieran cumplido con su obligación
de aplicar la ley no hubiera habido ningún problema. Hacemos
responsables a las autoridades que deberían haber aplicado la ley y no
lo han hecho de cualquier nueva agresión que pueda resultar a causa de
sus omisiones.
Elena Vázquez Pérez
Por el Consejo ParroquialMargarita Ruiz Perez Por el Pueblo Creyente
Por los desplazados de la colonia Puebla:
Macario Arias Gómez
Juan Hernández López Creyente Católico
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