Durante la primera semana del mes de abril, el Movimiento Ríos Vivos programó una gira de incidencia en Bogotá/Colombia para interlocutar con instituciones gubernamentales, organizaciones sociales, parlamentarios, embajadas y académicos acerca del drama y la violación de derechos que tienen lugar con la construcción de represas en Colombia. Al término de la gira Ríos vivos emitió el siguiente comunicado “Movimiento Ríos Vivos advirtió sobre la crisis ambiental y humanitaria provocada por las hidroeléctricas en Colombia”

Durante la reunión con la embajada de Brasil, solicitamos que el Gobierno de Dilma Rousseff apruebe con celeridad la Política Nacional de los Afectados por Represas
que se encuentra en estudio en la presidencia de la República. Su
aprobación, mostrará el compromiso y voluntad de gobierno brasilero con
la justicia social y ambiental y la reparación de la deuda histórica con
los afectados por represas que son víctimas, como en Colombia, de la
imposición de un modelo de desarrollo ajeno a las cosmovisiones y
cosmogonías de los pueblos que tradicional y ancestralmente han habitado
los territorios afectados por megaproyectos. Ver carta embajada de Brasil
En estas instancias el Movimiento Ríos Vivos resaltó el papel
preponderante que deben cumplir otros estados para atender el drama
de los afectados y la vulneración de sus derechos, más aún, cuando
empresas extranjeras se benefician de la construcción de megaproyectos
en Colombia los cuales, cada vez más, generan conflictos ambientales y
sociales irreversibles. En el caso de Brasil se llamó la atención de la
embajada dado que el Gobierno Brasilero directamente compromete capital
público en megaproyectos en Colombia, vía préstamos del BNDES; por
ejemplo, en el caso de la represa Hidroituango se está negociando un
préstamos por 161 millones de dólares para la compra de equipos a la
empresa Alstom Brasil.
¡Aguas para la vida, no para la muerte!
¡En los ríos represados, ya no suben los pescados!
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